¿Cómo evito el sarro dental?
¿Cómo evito el sarro dental?
Sarro, un elemento que se acumula en la boca, además de ser un problema estético, también puede provocar mal aliento, e incluso la pérdida de dientes.
A continuación, El Jardín de Mis Abuelos les enseña a llevar una correcta higiene bucal para prevenir el exceso de placa dental.
Consejos para evitar el sarro
- Cepillarse regularmente, tres veces al día durante 2 minutos, sin descuidar la técnica del cepillado. El cepillo debe tener cerdas suaves y un cabezal lo suficientemente pequeño para llegar a todas las superficies de los dientes.
- Elegir una pasta de dientes con control de sarro y flúor. El flúor ayudará a fortalecer el esmalte. Algunos productos tienen una sustancia llamada triclosan que combate las bacterias de la placa.
- Usar hilo o seda dental, es la única manera de eliminar la placa entre los dientes y evitar que el sarro se acumule en estas áreas de difícil acceso.
- Enjuagarse con un enjuague bucal antiséptico todos los días para ayudar a mantener a raya las bacterias que causan la placa.
- Cuidar la dieta. Las bacterias de la boca prosperan con alimentos azucarados, liberando ácidos dañinos para los dientes cuando están en contacto con ellos.
- No fumar. El tabaco provoca la aparición de sarro.
¿Qué es el sarro?
Con el tiempo, el sarro dental puede provocar graves problemas de salud bucal, como gingivitis –daña los tejidos blandos–, periodontitis –causa inflamación y sangrado en las encías y un riesgo elevado de pérdida de hueso–, daño en el esmalte, caries, retracción de la encía, mal aliento, e incluso la pérdida total del diente.
Como señala Natalia Castejón, la boca es una de las partes del cuerpo que más expuesta está a la acción de las bacterias, debido a los alimentos que consumimos a diario. Al masticar, algunas partes minúsculas de los alimentos se quedan en la superficie y entre las piezas dentales, además de en las encías. Si pasan más de 24 horas sin ser retiradas, empieza a formarse una placa bacteriana que termina calcificándose por los depósitos de minerales contenidos en la saliva, haciéndose más dura, visible y dañina para el esmalte dental. Esto es entonces cuando hablamos de sarro.
Su aspecto es similar al de la arcilla seca, y su color comienza a ser blanco y luego se torna amarillo, marrón y hasta negro en los casos más graves. La acumulación de placa bacteriana no duele ni molesta, y por ello la persona que la padece no es consciente de los riesgos tan altos que corre la salud de su boca. Suelen observarse rugosidades en ellos, que también son notables al pasar la lengua. En algunas ocasiones el sarro puede romperse y, al ser duro, muchas personas piensan que lo que se les ha fragmentado es el diente.
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