La luz solar, un nutriente necesario para los adultos mayores
La luz solar, un nutriente necesario para los adultos mayores
Los nutrientes necesarios para tener una vejez saludable, son bien conocidos: ejercicio, buena alimentación, relaciones sociales, estimulación cognitiva, etc. Pero hay uno que no suele ser muy tenido en cuenta: la exposición a la luz solar. Tomar sol es otro hábito que debe adoptarse ya que ayuda a que la vitamina D active el metabolismo del calcio. A continuación, el Jardín de Mis Abuelos brinda algunas recomendaciones para cumplir con este hábito saludable.
Por qué recomiendan exponerse a la luz solar
Como ya sabemos, tomar el sol con moderación aporta grandes beneficios a nuestro estado de salud, debido a que la síntesis o activación de vitamina D se produce cuando la luz solar entra en contacto con la piel.
Según la Organización Mundial de la Salud, exponer los brazos y la cara al sol durante unos 30 minutos al día ya es suficiente. De hecho, la osteoporosis, la cual la sufre gran cantidad de mujeres mayores de 50 años, puede prevenirse con la exposición de luz solar durante 15 minutos, acompañada de una dieta rica en vitamina D y calcio. Por lo tanto, con un mayor nivel de vitamina D, reducimos la tasa asociada a fracturas.
Si no se tolera estar al sol sin hacer nada, una recomendación es caminar y hacer ejercicios al sol, de forma moderada y con protección solar, para favorecer la asimilación de una cantidad mayor de vitamina D. Esto por supuesto tampoco debe realizarse entre las 12 y las 16, horario en el que la luz solar puede hacernos daño.
Por último, la falta de vitamina D está relacionada, además, con el aumento de las posibilidades de infecciones y de enfermedades autoinmunes.
No solo para los huesos: la luz solar es necesaria para un buen descanso
Si bien resulta importante protegernos de la exposición a los rayos ultravioletas con buenos lentes de sol, nuestros ojos también necesitan una exposición mínima a la luz natural todos los días para ayudar a conservar ciclos normales de sueño.
Por ello, la exposición moderada a la luz natural es un excelente remedio para dormir. Lo ideal es salir durante la mañana, bien temprano, cerrar los ojos y dejar que la luz solar caiga sobre los párpados. Esto se recomienda hacer una vez al día. Percibir en los ojos el calor de los rayos solares y, con lentitud, mover los ojos hacia arriba y hacia abajo y de un lado a otro para entrenar también los músculos oculares.