Desaprender a vivir
Desaprender a vivir
Situaciones como las desatadas por el coronavirus ponen a prueba todo lo que creemos que sabemos. Sin embargo, las personas más sabias son aquellas que reconocen que la única manera de aprender es, aunque suene extraño, desaprendiendo: limpiando y quitando prejuicios, traumas y miedos en general. Y nadie sabe más de esto que las personas mayores, aquellas que han atravesado todo tipo de experiencias a lo largo de su vida.
Por esto, El Jardín de Mis Abuelos les invita a reflexionar sobre la importancia de escuchar a los más grandes. Tienen, sin dudas, mucho para enseñarnos en épocas como esta, como ser más serenos, pacientes y agradecidos. Es que los adultos mayores poseen, inevitablemente, ciertos talentos que solo los da el tiempo, como son la sabiduría para distinguir lo importante de lo superfluo, la mirada contemplativa y profunda sobre los acontecimientos y la prudencia del autocuidado, entre otros. Los mayores enseñan, también, a ser vulnerables y a aceptar los límites propios.
Lamentablemente en occidente no solemos aprovechar estos tesoros. Sin embargo, existen algunas empresas que comenzaron a invertir en recuperar el talento de los jubilados. Entienden que su experiencia acumulada no debería desperdiciarse.
Algunas claves sobre el aprendizaje
Los pedagogos insisten en que educar es ayudar al otro (y a sí mismo) a reducir el miedo. Por supuesto que cierta cuota de miedo es necesaria, puesto que nos protege. Pero un exceso de miedo puede dificultar cualquier tipo de aprendizaje. La clave, por más hippie que suene, es el amor: cuando las cosas se hacen con amor, no hay miedo. ¿Y cuál es el origen del miedo? La ignorancia o la carencia (perder lo que tengo o no alcanzar lo que quiero). Como bien sabemos, solo se puede enseñar a través del ejemplo: no enseñamos lo que sabemos, sino lo que somos. Y que nunca acabamos de aprender.
Continuar aprendiendo
Algunas personas suelen temer a la mal llamada inutilidad que supuestamente acompaña el envejecimiento; al miedo a volverse un peso, a la soledad… Sin embargo, muchos adultos mayores demuestran día a día cómo en esta etapa retomaron o comenzaron estudios, se sumaron a nuevas actividades, voluntariados, etc. Todo es cuestión de intentar.